La tienda portuguesa de artículos deportivos SpotZone pretende conquistar España. Su primer intento fue fallido, pero perder una batalla no significa perder la guerra: vuelve a la carga con un nuevo modelo de patrocinio deportivo que podría ser la clave del éxito.
El quid de la cuestión está, no en buscar una figura mediática sino en centrarse en la gente de a pie y buscar equipos no profesionales. En el madrileño barrio de Carabanchel tienen prevista la apertura de un establecimiento y desde la compañía, filial del grupo Sonae, ya se han puesto en contacto con los colegios de la zona para hablar del suministro de productos a precios especiales.
Otra de sus estrategias será poner en marcha una tarjeta de fidelización con la que se aplicarán descuentos del 4% en las adquisiciones. Esta ya está en funcionamiento en Portugal con resultados muy satisfactorios. Estas tarjetas sirven a las empresas para obtener datos muy precisos sobre los gustos de su clientela y sus movimientos. Además no descartan lanzar su propia tarjeta de crédito si todo marcha como esperan.
SportZone está diseñada como una gran superficie ubicada en centros comerciales con bajos precios. Está pensada para competir con establecimientos como Decathlon. Su estrategia de mercado pasa por conseguir ser aquellos con los precios más bajos.
Cuando en 1999 abrieron tres tiendas en España no lograron adaptarse al mercado español porque a los consumidores les parecía que tenían unos precios demasiado elevados. Ahora pretenden invertir 62 millones de euros y abrir entre 20 y 25 locales hasta 2010. A pesar de no hacer públicas sus previsiones en términos de ganancias, parece que la rentabilidad de esta expansión por la Península está vista a largo plazo. Cómo señaló Pedro Pereira, director de SportZone de Portugal y España a Cinco Días: «Estamos preparados para perder dinero en los primeros años».