Excelente artículo en El País [02/05/2011] Menos es más, sobre todo en crisis que ilustra muy bien el cambio en los hábitos de compra sobre todo en el sector del Gran Consumo. Os recomiendo su lectura.
Tanto luchar por la variedad, por disponer de una oferta amplia, por diversificar y ahora resulta que la respuesta va en dirección contraria. Es cierto que el contexto de crisis favorece esta tendencia, pero ¿no habíamos quedado que la obligación de los distribuidores es satisfacer a nuestros clientes? ¿Donde está el límite? Tener de todo, reducir espacio, mantener surtidos amplios (amplísimos diría yo): el ejemplo de los yogures lo viví yo mismo el pasado sábado. Y puedo aseguraros que no era un problema de distribución del lineal ni de ubicación del producto. No encontraba lo que buscaba por exceso de oferta, así de claro.
Por cierto y ya para liarla más: en mi casa consumimos yogures de La Fageda [ver] no solo por ofrecer un yogur de una calidad insuperable, si no por su filosofía de empresa comprometida con colectivos desfavorecidos. Ahí es donde quiero gastarme mis euros…
Volviendo al tema del artículo: ¿donde está entonces el límite? La respuesta es fácil. En el equilibrio, en la armonía del surtido (suena cursi, ¿verdad?) Un surtido eficiente, que reporte satisfacción y un buen margen es el objetivo fundamental. Conseguirlo no es tarea sencilla. Hay que disponer de herramientas analíticas que permitan determinar cual es la tendencia de nuestros clientes y voluntad de aplicarlas. En nuestra experiencia, aunque pueda resultar sorprendente, falla muchas más veces lo segundo que lo primero: herramientas, aplicaciones informáticas, profesionales y hasta recursos no faltan. Llevarlas adelante, con equipos comprometidos, talentosos y valientes, y la suficiente paciencia para esperar los resultados finales… de eso… no se va tan sobrado…