En Qmax Consulting recibimos de vez en cuando curriculums, candidaturas espontáneas, demandas de empleo, colaboraciones,…
Para nosotros no es molestia responder a estos correos, ocupan apenas unos minutos y además nunca sabes a quien vas a descubrir.
Aunque sean lanzados a cascoporro y no seamos más que una empresa de una lista interminable; aunque los perfiles sean poco adecuados para nuestras necesidades; aunque sean de Málaga, Madrid o Villatripas y nosotros de Barcelona… todos y todas se merecen un respeto y sobre todo una respuesta.
Sinceramente, pocas veces nos lo agradecen.
Decía Confucio “Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.”
Está bien, pero no debería ser así.
Estamos en un mundo donde cada vez cuesta más decir gracias: al quiosquero, al camarero, a quien nos abre una puerta… O ni siquiera nos la abre ya. ¿Cuándo perdimos esos valores? ¿Los transmitimos a nuestros hijos o a nuestros colaboradores? ¿Confiarías en alguien que no sabe agradecer nada? ¿Trabajarías con alguien así? ¿Trabajarías para alguien así?
Pero ayer nos llegó una candidatura y la respuesta fue diferente:
“Muchísimas gracias Francesc,
Un saludo.”
Qué simple, verdad! Pero qué bien nos sentó! La sensación de que hay alguien al otro lado, de que, por encima de las relaciones laborales y empresariales, existen otros tipos de relaciones. Pasamos el rato del café calculando cuantos followers podían significar ese mail de agradecimiento.
Os facilito su blog http://blogs.ileon.com/enbocadetodos/ por que seguramente se merece que alguien le dé una oportunidad. Lástima que notros no podamos: seguro que acertábamos!
Gracias a Ángela.