las grandes cadenas aceptan no tocar los horarios para evitar un daño a su imagen
Los usuarios han exhibido un absoluto desinterés por poder comprar los domingos
La patronal Anged, que representa a las grandes cadenas de distribución en España, ha defendido desde hace tres años la libertad de las empresas de ofrecer servicios a su clientela conforme a la ley. Este lobby se ha topado en Euskadi con una resistencia inédita en otras comunidades autónomas, una auténtica entente entre sindicatos, asociaciones de consumidores y patronales del pequeño comercio para preservar el status quo actual.
En el resto del Estado las organizaciones obreras acataron con desiguales intensidades de oposición la liberalización de horarios. En Euskadi, la ley impulsada por el Gobierno vasco en 2005 suscitó un airado levantamiento de los sindicatos vascos con un mensaje claro: «Quién abra los domingos, nos tendrá enfrente».
Su argumento se centra en el derecho de los trabajadores del gran comercio -más de 7.500 en la CAV- de reservar el domingo como día inquebrantable de descanso. Los días de fiesta, sostienen, son el pilar de la conciliación de la vida laboral con la personal. Las centrales han liderado la oposición popular, pero su lucha habría corrido el riesgo de diluirse de no ser por la nula presión ejercida por los clientes para poder comprar los domingos.
¿necesidad o demanda? Un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios Vascos (EKA-OCUV) revela que al 94% de los ciudadanos le parece suficiente que los comercios abran de lunes a sábado, y sólo un 4% aboga por abrir el fin de semana. Por tanto, se deduce que las necesidades están cubiertas.
Sin embargo, ir de tiendas se ha convertido en una actividad de ocio, más que en una necesidad.
Pues bien, la encuesta de EKA-OCUV, basada en preguntas a 560 individuos, revela que la mayoría de los vascos ni siquiera demanda centros comerciales abiertos los festivos. Un 59% se manifiesta en contra de la ampliación horaria, un 27% se muestra indiferente y únicamente un 14% está a favor.
Paula García, de UGT, sostiene que «los centros comerciales abrirían si hubiese una demanda real, pero no la hay». Quizá por ello, la patronal Anged -que agrupa a cabeceras como Eroski, El Corte Inglés, Carrefour, Ikea, Leroy Merlin, Media Markt, Toys ‘R’ Us y la Fnac, entre otros- parece haber dado la batalla por perdida. Un portavoz de la asociación declinó valorar el peculiar fenómeno de veto social en Euskadi y se limitó a apuntar que el sector «sólo defiende la libertad de las empresas para funcionar cuando hay demanda».
Todo hace pensar que las grandes superficies no están por la labor de insistir por temor a dañar su imagen de forma irreparable. El responsable de márketing de una cadena, que prefirió que su nombre no se publique, lo resumió así: «Por ocho festivos al año, que seguramente serían menos, no nos vamos a retratar ante la televisión como los ogros que explotan a sus trabajadores algún domingo suelto, que es la imagen que los sindicatos dan de nosotros».
Contra todos los estudios de opinión, el responsable sostiene que sí hay una demanda «durmiente» que no aflora porque resulta «políticamente incorrecto».
horas suficientes Pero, ¿necesitan los ciudadanos vascos tener las tiendas abiertas los días festivos? Koldo Navascués, presidente de EKA-OCUV, cree que 72 horas a la semana (12 horas al día, de lunes a sábado) dan margen «más que suficiente para que los ciudadanos compren». «No hay nadie que trabaje más de 45 horas a la semana», razona.
Esta pasada Semana Santa, los sindicatos denunciaron un amago de Eroski de ofrecer servicio uno de los tres días seguidos (19, 20 y 21 de marzo) de fiesta. La cooperativa vasca negó que tuviera ese plan y permaneció cerrada. «Fueron tres días sin comercio, y no hubo un sólo problema de abastecimiento», sentencia Navascués.
Paralelamente, el debate comercial en la Comunidad de Madrid discurre en las antípodas de Euskadi. No sólo es la autonomía en la que más festivos se autorizan (20), ni la única ciudad en la que todo su centro histórico tiene libertad absoluta de horarios. Su presidenta, Esperanza Aguirre (PP) acaba de plantear ampliar el permiso de funcionamiento durante las 24 horas del día todos los laborables y todas fiestas autorizadas. Algunos colectivos de consumo y uniones de amas de casa le han apoyado.
«Aguirre es algo más que liberal -afirma Alfonso Peraita, de CC.OO.-, su política roza lo ultraliberal». Paula García (UGT) considera que no hay comparación posible con Euskadi: «Madrid es una ciudad de 5 millones de habitantes con una población flotante de 2 millones. Quizá muchos madrileños no tienen otra opción de ocio que ir a patinar al centro comercial de turno, pero ese no es nuestro modelo de ciudad mediana».
perjuicio a los pequeños Igor Izagirre, de ELA, destaca que la reivindicación de conciliar el trabajo y la vida personal es «irrenunciable» en el comercio. «Es un sector que se caracteriza por salarios bajos y jornadas largas. No estamos por ceder más derechos», reflexiona.
El cierre de filas incluye al Gobierno vasco -Azkarraga se ha alineado abiertamente contra la liberalización- y al pequeño comercio. Un representante de este sector considera que «ni hay necesidad», ni tendría «ventaja alguna para las pequeñas y medianas tiendas». «Ampliar la competencia a los festivos sólo serviría para romper la conciliación y subir sus costes», subraya.
Ante esta unanimidad, el debate comercial parecía zanjado. Pero recientemente ha resurgido al anunciar el Tribunal Vasco de Defensa de la Competencia que está investigando a los sindicatos por un supuesto «pacto anticompetencia» contra la apertura en festivos. A falta de que presente sus conclusiones, la decisión del organismo ha obrado el efecto de unir a las centrales en torno a este objetivo común.
Fuente: noticiasdeguipuzcoa.com